Para María Dolores Menéndez López
Soneto XV
Prendieron las antorchas su belleza,
Las luces, el color y la hermosura,
Las llamas de una súbita ternura
Que ardió sobre su frágil fortaleza.
Voló un suspiro al aire y, sin
torpeza,
Cruzó el silencio triste, y su figura,
Serena, fue buscando otra postura,
Librando en su bostezo la pereza.
Sus ojos se entreabrieron y miraron
Con dulce claridad, nunca con prisa,
Gozando de la siesta y su reposo.
Las llamas de una estrella dibujaron
La bella mariposa de su risa
En su semblante dulce y cariñoso.
“Los arqueros del alba”
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