Para María Dolores Menéndez López
Soneto X
No vueles, ruiseñor, hacia los cielos
Que se hacen más azules en verano,
Ni escapes, golondrina, de mi mano,
Llevada por la brisa y sus desvelos.
No corras, herrerillo, aunque tus
vuelos
Te dejen alcanzar lo más lejano,
Ni escales, carbonero, el aire en vano
De donde caen las nieves y los hielos.
No partas, ave blanca, si tu nido
Lo tienes junto a mí, donde la tierra
Se alegra de tu voz y tu sonido.
Amor serán los bosques y la sierra,
Los árboles y el prado que, dormido,
Se olvida de la helada que lo encierra.
“Los arqueros del alba”
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