viernes, 6 de febrero de 2015

Los lanceros del ocaso




Soneto II

       El puerto abandonó y un sol ligero
Lo vuelve a recordar, que, en su mirada,
Alumbra el mar, la magia ensortijada
Del ponto que esculpió su mar sincero.
       Dejó esta costa ya, viajó al lucero
Que, coralina, vierte la alborada,
Y en púrpura la enseña disfrazada
Nos muestra, al despertar al mundo entero.
       Será, entre algas y conchas, sin apuro,
Más larga que otras esta singladura
Buscando el fondo, siempre más oscuro.
       No lo verá la aurora, cuando, pura,
Sospechará su nombre, allí más puro,
Haciendo de su sueño una armadura.

 2008 © José Ramón Muñiz Álvarez: los lanceros del ocaso”

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