sábado, 7 de febrero de 2015

Soneto


Para María Dolores Menéndez López

Soneto XXIII

       Dejaste este rincón cuando la aurora
Lucía sus mayores hermosuras,
Sus luces y sus galas, donde, oscuras,
Las sombras la supieron vencedora.
       Llegaba la mañana que, sonora,
Los pájaros halló en las espesuras,
Alegres de encontrarte en las alturas,
Un ángel resignado que no llora.
       Luciérnaga que brilla sin apuro
El tiempo que se escapa traicionero,
Los cielos liberó del viejo muro.
       Será llorar tu falta al mundo entero
Buscar consuelo, como el aire puro,
Allí donde se apaga tu lucero.

2005 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Los arqueros del alba”

No hay comentarios:

Publicar un comentario