Para María Dolores Menéndez López
Soneto XXIX
En la constelación de tus mejillas,
Hermoso carrusel, llama de plata,
Vive una flor, sonrisa que desata
Tu espíritu jovial, sus maravillas.
Se suman las estrellas y así brillas
En esa noche clara, pues, sensata,
Vano de amor, la luna se dilata
Con luces apagadas y sencillas.
Y sigue vivaracho tu semblante
Y prende tu sonrisa cariñosa,
Amable a cada rato, a cada instante.
Es la constelación que te hace
hermosa,
La noche clara y bella que, incesante,
Mostró en tu rostro aquella mariposa.
“Los arqueros del alba”
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