sábado, 7 de febrero de 2015

Soneto


Para María Dolores Menéndez López

Soneto XIX

       Existe un sueño intenso y tan profundo
Que sueña en él aquel que, adormecido,
Sumerge su conciencia y, abatido,
Exhala su suspiro más rotundo.
      El cielo alcanzó el oro en un segundo,
Un reino de colores que, encendido,
De músicas se llena y de sonido,
El ánimo mudando en vagabundo.
       Allí reposas hoy, triste el aliento,
La vida y la esperanza en lo lejano,
También la luz, el oro ceniciento.
       Dejando sólo un eco del verano,
Cayó del árbol, al correr del viento,
El fruto generoso del manzano.

2005 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Los arqueros del alba”

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