sábado, 7 de febrero de 2015

Soneto




Soneto XXIV

       Robaron la ambición de un sol valiente
Que quiso derramarse con la vida,
Que, abriendo del crepúsculo la herida,
Corrió por los paisajes sanamente.
       Robaron su color, que, reluciente,
Del sueño despertó al alba dormida,
Llamándola al lugar donde, escondida,
También se derramó como una fuente.
       Robaron un sol claro de altos vuelos,
Su gracia, su belleza, su hermosura,
Así como la luz la madrugada.
       Robaron los colores de los cielos,
Sus claros, sus azules, la hermosura
Que pronto diluyeron en la nada.

2008 © José Ramón Muñiz Álvarez

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