martes, 24 de febrero de 2015

Jimena Muñiz Fernández y Mael Muñiz Vega

EL CANTO DE LAS VIEJAS ARBOLEDAS”
por José Ramón Muñiz Álvarez
Un escrito para Mael Muñiz Vega
y Jimena Muñiz
Fernández

Existen sentimientos que despiertan el alma en lo profundo, volviendo a revivir lo más lejano. Tal vez es el amor de dos abuelas, la lucha de los padres por los suyos, las tardes aburridas de colegio. Me quedan de ese tiempo mil heridas, también mil ilusiones, mil regalos que habré de agradecer a mi destino.
Y puedo revivir en arboledas momentos del pasado, esos momentos que encienden una magia muy concreta. Sabed que la nostalgia está en nosotros, prendida en lo más hondo de nosotros, que llena el interior de nuestra mente. Y todo el sotobosque y la maleza que vive entre los árboles más altos esconde esa belleza que se pierde.
Yo quiero confesaros impresiones que nacen cuando escucho el son del viento que canta nuestras vidas al oído. Mil veces yo bebí de aquella fuente, y hallé la brisa fresca en ese claro, y amé las aguas mágicas del río (quizás he dicho río y es arroyo, mas poco importará, pues para un niño las aguas de los ríos tienen algo. Y es algo intelectual lo que se oculta en esas aguas casi transparentes que pueden decir tanto de nosotros).
De pronto, entre quimeras y embelecos, descubro que hay un algo de poesía filtrado en mi interior, no cabe duda. Y no es escribir versos lo que quiero: aspiro a retratar las impresiones que nacen y que mueren en mi espíritu.
Será que ya soy viejo, que los días de fuego y de vigor se fueron yendo, que queda un solitario melancólico. Los tiempos de la infancia los conocen los viejos eucaliptos de la zona, los robles y castaños de los montes. Y saben que fui frágil, siendo niño, que acaso pude ser un árbol recio tan solo en apariencia, al ser más grande. Los árboles dictaron, con su ejemplo, las ganas de vivir, de hacerme fuerte, de hallar el cielo nunca despejado. Y acaso las tormentas de la vida forjaron la armadura más pesada.
A veces se me ocurre que soy solo la voz de un melancólico que gime por un tiempo perdido en lo lejano.

2014 © José Ramón Muñiz Álvarez

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