sábado, 7 de febrero de 2015

Soneto


Soneto XVIII

       Desde que el hielo hiere su cabello
Y llena de granizo su hermosura,
Desde que azota el viento su blancura
Y mancha en él el alba su destello,
       Desde que se hace el banco algo más bello
Y bella aun más parece su ternura,
Desde que su sonrisa es la dulzura
Y dulce es su mirar sobre su cuello,
       Desde que ya su voz, ayer risueña,
Se esconde en el silencio de la nada
Y desde que su risa ha enmudecido,
       En vano aguardo yo la carcajada,
En vano la mirada de que es dueña
Y en vano de su voz otro sonido.

2008 © José Ramón Muñiz Álvarez

No hay comentarios:

Publicar un comentario