Abrir una ventana
Abrir una ventana
hubiera sido bello,
tan bello como el vuelo de las aves
que escapan de estos mares de amargura,
sabiendo lo que viene
tras esos meses tristes que se acercan.
Abrir una ventana
hubiera sido bello,
tan bello como el sueño de los osos
que buscan en las cuevas su letargo,
sabiendo lo que viene
tras esos meses tristes que se acercan.
Abrir una ventana
hubiera sido bello,
tan bello como el llanto de las hojas
que pierden su verdura en el otoño,
sabiendo lo que viene
tras esos meses tristes que se acercan.
Abrir una ventana
hubiera sido triste,
tan triste como el canto del espíritu
que vuela de este mundo a otros lugares,
sabiendo lo que viene
tras esos meses tristes que se acercan.
2013 © José Ramón
Muñiz Álvarez
“Las mansiones
del silencio”
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