viernes, 6 de febrero de 2015

No fueron razonables




No fueron razonables

       No fueron razonables
los ecos del silencio
que vio perder la vida
a quien dejó su aliento junto a un halo
de sueños que se tejen en la nada
y juegan a ser música
de ausencias que se pierden sin remedio.
      Tampoco fueron justos
los ecos de esperanza
que hirieron con dureza
al árbol que luchaba, debatiéndose,
contra esos vendavales inclementes
que no supieron nunca
mostrarse con el mundo generosos.
      Mas esos temporales
que llegan repentinos,
se van como vinieron,
y, sin aviso alguno, con apuro,
el aire deja su violencia amarga
y vuelven esas horas
de calma a estos terrenos desolados.
      Y entonces es momento
de ver, en el camino,
los árboles que mueren
llevados por el golpe furibundo
que suele arremeter con las tormentas,
contento de arrancar
los árboles del bosque de la vida.

2013 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Las mansiones del silencio”

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