Los corceles de la tarde
Lucieron gran hermosura
Al recorrer viejos cielos
Los corceles de la tarde,
Que, en un torrente, ligeros,
Sobre cordales viajaron
Y extensos mares vencieron,
Enseñando su belleza
Del más claro y blanco acero.
Les dio la aurora blancura,
Los hizo el ocaso verso
De corales encendidos,
Encendieron sus reflejos
Los paisajes al mirarlos
Sobre la altura del cielo,
La llamarada envidiando
De los potrillos traviesos.
Corrieron la altura toda
Y la carrera vencieron
Para en púrpura vestirse,
Para enterrarse en el cieno,
En los velos que la noche,
Haciendo oscuro el silencio,
Y, dejando que, escondida,
Teja la helada sus hielos.
2008 ©
José Ramón Muñiz Álvarez: los lanceros del ocaso”
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