Soneto VI
Un reino de silencio cubre el suelo
que sueña la blancura de la helada,
y acaso en las escarchas atrapada
suspira la maleza bajo el hielo.
Las horas se fugaron del deshielo
y nuevamente vino una nevada
a cumbres que la aurora alborotada
admira con callado desconsuelo.
Llorar el sinvivir más silencioso,
soñar una esperanza en el vacío,
viajar hacia los fondos abisales,
también es soportar el doloroso
lamento que, negando el albedrío,
el alba trajo hasta estos ventanales.
2013 © José Ramón
Muñiz Álvarez
“Las mansiones
del silencio”
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