viernes, 6 de febrero de 2015

Soneto




Soneto XII

       Murió el paisaje gris, cuando, invernizo,
el brillo hirió el crepúsculo que ardía,
tomando en las alturas la osadía
del oro que en la sombra se deshizo.
      Mal pudo reflejar el raro hechizo
que vio la luz del alba con el día,
sabiendo que la nieve es nieve fría,
si acaso no es torrente de granizo.
      Su huésped, si no quiso ser ultraje,
quién sabe si capricho de la suerte,
la muerte fue en el aire del camino.
      Y quiso, peregrino, que el paisaje
supiese del capricho de la muerte,
que en hielo tejer supo el desatino.

2013 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Las mansiones del silencio”

No hay comentarios:

Publicar un comentario